sábado, 30 de agosto de 2008

La cuestión del éxito

" Definir el éxito es algo único, singular; es un trabajo a medida. Cada persona tiene que hacer su propia definición y aquí está el truco, esa definición estará sujeta a cambios a medida que evolucionemos. Incluso si esculpimos una definición de éxito en piedra, el paso del tiempo y la acumulación de experiencia van a desgastar las letras y a dejarnos con una superficie en blanco. ¿No es maravilloso? «Creo que no», te oigo pensar. Pero espera un momento, te mostraré lo que quiero decir.

En un momento de mi vida definía el éxito como ser capaz de pagar el alquiler y que me quedara dinero suficiente para la comida, el gas y dos pares de medias (que, aunque parezca mentira, eran parte de la norma de vestir de las mujeres en aquel trabajo) todos los meses (las facturas se pagaban un mes sí y otro no), y aprendí a hacer que esas delicadas medias me duraran incluso después de usarlas numerosas veces, y a pesar de las inevitables carreras*. Un poco más tarde, la definición cambió algo: éxito significaba conseguir un trabajo que no exigiera medias. Si avanzamos en el tiempo unos cuantos años, mi definición de éxito se había ampliado hasta incluir una oficina con puerta, subalternos directos (y un par de subalternos indirectos, también), dinero suficiente para pagar la hipoteca, el préstamo del coche y el servicio de limpieza; para comprar comida, gasolina y un traje nuevo sólo por capricho; para invitar a unas rondas de bebida y otras muchas cosas; además de dinero para ir de vacaciones, cenar fuera, entradas para el teatro y otros gastos similares.

Ahora mi definición de éxito es un poco más reducida: puedo pagar la hipoteca y el servicio de limpieza, y nadie tiene que pedirme cuentas, excepto mi gata (y al parecer, no ha recibido esa circular). Llevo medias sólo cuando es absolutamente necesario. Además tengo tiempo para escribir libros y para disfrutar de mi actual marido, mi familia y mis amigos. ¿Cuál es la definición correcta? Todas ellas. A medida que mi vida ha ido cambiando, también se ha modificado mi propia definición de éxito. Y si lo piensas, también habrá cambiado la tuya."

La Perfecta Cabrona en el Trabajo. Elizabeth Hilts

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